Desde el recuerdo: Daniel, el enterraor y su mujer, la santera.
Ermita de Los Santos ( Abla).
Foto del libro Raíces Populares de Abla (Antonio José Ortiz Ocaña).
Tal vez fuese en los inicios de los años setenta, cuando las deprimentes y esperpénticas escenas gorkianas de los Vagabundos estallaban en mi cabeza como las nubes que, sin tiempo de parir, por otoño revientan en nuestras sierras.
Fue, entonces, con la lectura de aquel libro, cuando a borbotones, a zumbidos secos, Daniel y su mujer, como la familia Orlof, volvieron a mi conciencia por entre la negrura retorcida de los callejones de mi niñez.
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Morir tiene sus días - me decía mi abuela- , sentir que se muere, amigos, sólo un momento.
SoleVenegas.